Un periodista en los canallas aƱos 80 de Ibiza

JosĆ© Vicente Serradilla presentĆ³ en el Club Diario de Ibiza sus 'Memorias de Ibiza. La prodigiosa dĆ©cada de los 80'

El Club Diario de Ibiza acogiĆ³ el 15 de noviembre la presentaciĆ³n del libro ‘Memorias de Ibiza. La prodigiosa dĆ©cada de los 80’, en la que JosĆ© Vicente Serradilla da su versiĆ³n de cĆ³mo fueron aquellos aƱos, en los que trabajĆ³ como redactor de Diario de Ibiza y para agencias interesadas, especialmente, en las noches locas de la isla. LlegĆ³ en el verano de 1979 y se fue una dĆ©cada mĆ”s tarde. Ahora cuenta sus vivencias en esa Ć©poca canalla.

Entre los hitos de la carrera periodĆ­stica de JosĆ© Vicente Serradilla estĆ” el haber pasado una noche de juerga con Fernando Esteso: Ā«Fuimos a todas las discotecas. A todas. Me dijo: ‘De entrevistas no quiero saber nada. TĆŗ pon lo que te dĆ© la gana’Ā». Un despendole en plenos aƱos 80, los del Ku, los el Adlib en plena ebulliciĆ³n, los de las noches locas en Es ParadĆ­s: Ā«Era una vida de fiesta. No sĆ© cĆ³mo estĆ” ahora el periodismoĀ», pregunta. Pues… Mejor no entrar en eso. Serradilla presenta hoy en el Club Diario de Ibiza sus ‘Memorias de Ibiza. La prodigiosa dĆ©cada de los 80’, un libro en el que narra, segĆŗn su perspectiva, cĆ³mo fue aquella Ć©poca.

La noche ibicenca

El periodista desembarcĆ³ en Ibiza en agosto de 1979: Ā«Vine en barco de veraneo. TenĆ­a un mes de vacaciones y fui primero a Mallorca, donde un amigo me dijo que Ibiza estaba soberbia, con un ambiente fantĆ”stico. Vine para sĆ³lo una semana, pero me quedĆ© 10 aƱosĀ». ConociĆ³ al director de Es Diari, Francisco Verdera, y le contratĆ³. EmpezĆ³ a ordenar teletipos, para progresar poco a poco en la redacciĆ³n, especialmente con artĆ­culos sobre la noche ibicenca, que es en la que centra sus memorias. Compara aquella isla hedonista con el Madrid de la Movida, aunque en la capital prevaleciera la contracultura, no el famoseo.

Cree que, en comparaciĆ³n, Ā«ahora es todo mĆ”s caroĀ» que en los 80: Ā«Los periodistas entrĆ”bamos gratis en todas las discotecas. No sĆ© cĆ³mo estĆ” ahoraĀ», insiste en la pregunta, que es mejor obviar. Ā«Y no sĆ³lo entrĆ”bamos nosotros: tambiĆ©n los que venĆ­an con nosotros, gente famosa que se nos pegaba. Como Fernando Esteso o Pajares o RocĆ­o Jurado. Nos preguntaban adĆ³nde Ć­bamos y se juntaban con nosotrosĀ».

Cuando los famosos avisaban

Los famosos Ā«avisaban de que iban a venirĀ». O sus mĆ”nagers: Ā«RocĆ­o Jurado me alertaba de que a las 12 en punto estarĆ­a paseando en los comercios de la zona portuaria: ‘MĆ”ndame al fotĆ³grafo’, me decĆ­aĀ». TrabajĆ³ en esa Ć©poca para un grupo de prensa Ā«que repartĆ­a artĆ­culos a Diez Minutos, al Hola (con el que ganaba mĆ”s que en Es Diari), la agencia Logos, El Caso… Para ellos, tener un periodista en Ibiza era estupendoĀ».

Aquel verano de 1979 decidiĆ³ trabajar en Es Diari y abandonar el Ya, periĆ³dico en el que colaboraba en Madrid, porque Ā«empezaba a hacer aguas. Y trabajar en Ibiza era el doble mejor que en Madrid. AllĆ­, con una entrevista te tirabas toda la maƱana, mientras que aquĆ­, por telĆ©fono se hacĆ­a prĆ”cticamente todo. Y sentadoĀ».

Julio Iglesias le abraza en la portada de su libro, pero no es lo que parece: Ā«No le pude entrevistar. PasĆ© una noche entera con Ć©l en el puerto, junto a unos amigos. Y cuando le dije que le tenĆ­a que entrevistar, respondiĆ³: ‘Pepe, llevamos una hora hablando y me dices ahora que tienes que hacer una entrevista. De todo lo que hemos hablado, pon lo que te dĆ© la gana’Ā».

Su reportaje frustrado hubiera dado de quĆ© hablar: Ā«QuerĆ­a hacer un reportaje del Rey baƱƔndose en pelotas en Formentera. Eso se pagaba de un millĆ³n de pesetas para arriba? aunque despuĆ©s te lo requisaranĀ».

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