Dieta mediterránea: buena para la salud y para estimular la producción local

El Club Diario de Ibiza citó ayer a tres agricultores, una ingeniera y una nutricionista para hablar de dieta mediterránea y producto local. Bajo el título ‘Som pagès: dieta mediterránea y producto km 0’ se ofreció primero una ponencia sobre esta dieta, seguida de un coloquio que se tornó en reivindicativo del valor del sector primario en la isla. Joan Marí des Camp fue contundente al afirmar: «Tenemos un sector hotelero y de restauración potente que podría consumir más producto local».

El fundador de Agroeivissa se sentó a la mesa de debate junto a la moderadora, la ingeniera agrónoma Alicia Morales, al agricultor de Cas Secorrat, Toni Tur, y al panadero de Can Blai, Vicente Costa. Los cuatro explicaron su visión del producto local y el futuro de la agricultura en la isla. Antes, para introducir el tema la nutricionista Paquita Torres explicó que es y que beneficios tiene esta dieta.

«La dieta mediterránea tiene dos vertientes. Una los alimentos: aceite de oliva, pescado, verduras, frutas, frutos secos y legumbres. Otra la filosofía de vida: forma de cocinar, recetas con ingredientes tradicionales y ejercicio físico regular», explicó Torres.

Según su exposición además, la dieta mediterránea tiene una influencia directa sobre la economía, el tejido social y el entorno natural donde se practica. Según Torres, esta dieta «estimula los productos locales y su economía». «Es el modelo alimentario más sostenible del planeta», aseguró.

Esta afirmación se basa en la premisa de que la dieta mediterránea tradicional aprovecha los productos de temporada, que además se producen en abundancia. Se nutre exclusivamente de la producción local, evitando el impacto energético y medioambiental que supone transportar alimentos a miles de kilómetros en transportes frigoríficos.

Precisamente, este es el punto de partida de la economía circular de la que habló Toni Tur, muy directamente relacionada con el producto local o de kilómetro cero (todo aquel que esté en un radio de 100 kilómetros).

«La agricultura industrial es lineal. Es decir, se basa en extraer, procesar, producir y tirar. Por su parte la circular copia los ciclos biológicos y se basa en extraer, producir, comprar y reutilizar o reciclar. De forma que los residuos sirvan de abono para conseguir más producción», explicó Tur. Además, este agricultor propietario de una explotación ecológica explicó que en Europa «por primera vez» este tipo de modelo había puesto «de acuerdo a todos», a industria, políticos, consumidores y ecologistas. «Es una situación inédita», exclamó.

Por su parte, Joan des Camp incidió en el valor que aún tiene el sector primario para la sociedad y cuáal es su importancia. «Si lo vemos desde el punto de vista del PIB, somos menos del 2%, es ínfimo. Pero si lo vemos desde un punto de vista económico y social, nos multiplicamos. Somos necesarios porque ofrecemos producto de alta calidad, porque mantenemos el paisaje, contribuimos al equilibrio territorial y colaboramos en mantener nuestras raices, costumbres y cultura», aclaró.

En la mesa también estaba el agricultor y panadero Vicente Costa. «Hace unos años decidí plantar trigo. Planté diferentes variedades y casi ninguna fue rentable. Muchas ni las recogimos, así que acabamos comprando fuera para hacer nuestro pan. Pero entonces alguien me regaló dos sacos de trigo xeixa y lo planté. Funcionó muy bien. Así que busqué más y al final encontré un agricultor que tenía dos sacos. Entonces lo empezamos a plantar pero con el objetivo de sacar más semilla para poder tener una cantidad viable. Después de varias cosechas dedicadas solo a este motivo, por fin pudimos hacer pan de xeixa Ahora tiene mucho éxito, es el mejor para el pan payés. Todo el que lo prueba repite y buscamos más payeses que quieran plantarlo para aumentar la producción», explicó.

Dieta mediterránea: buena para la salud y para estimular la producción local
Más de un centenar de personas acudieron a la jornada ‘Som pagès: dieta mediterránea y producto km 0’

En el turno de preguntas se tocaron varios temas de interés. El primero referente a la comida de hospitales y colegios y la aparente falta de colaboración de las instituciones con el producto local. Toni Tur explicó que traer la comida del hospital de Can Misses desde la península implicaba una serie de procesos y transportes contrarios a la sostenibilidad. «Las instituciones pueden y deben apoyar al producto local… Creo que el consumidor y la restauración reconocen al producto local. El problema es cuando queremos ir un poco más allá, al sector turístico y las instituciones», explicó.

Por su parte, la ingeniera Alicia Morales explicó: «Las escoletes tienen un día al mes en el que consumen comida ecológica. Pero creo que no tiene sentido un producto ecológico que no es local», en referencia al gasto de combustible y de energía para mantenerlo en condiciones durante su transporte.

A raíz de otras preguntas se lanzaron otras ideas, como que la ecotasa debería destinarse al sector primario, al medio ambiente y a mantener el paisaje. También se incidió en la necesidad de que los consumidores aprecien el producto local y colaboren con su mantenimiento para que sea sostenible y rentable.