«El turismo es totalmente compatible con los bienes culturales de las islas»

Este experto se muestra sorprendido por la escasa información que existe sobre la ubicación del patrimonio histórico y cultural

El Ayuntamiento de Sant Antoni ha organizado este miércoles 10 y jueves 11 de abril las jornadas ‘La bahía de Portmany: Retos y oportunidades. En ellas, el arqueólogo alemán afincado en Ibiza, Marcus Heinrich Hermann, hablará sobre cómo ha ido cambiando la línea de costa de la bahía de San Antoni y de cómo se vivía en esta zona, según los estudios que se conocen actualmente.

Marcus Heinrich Hermann desvelará el miércoles algunos secretos que alberga la bahía de Sant Antoni durante la ponencia ‘De Portus Magnus a Portmany: Aspectos patrimoniales de la bahía de Sant Antoni’ dentro de las jornadas ‘La bahía de Portmany: Retos y oportunidades’. Organizadas por el Ayuntamiento de Sant Antoni en el auditorio del Centro Cultural Cervantes de 17 a 20 horas, en estas jornadas varios expertos hablarán sobre las actuaciones de conservación, el medio ambiente, las especies invasoras o las propuestas de ordenación de esta bahía.

¿Cuál será el eje de su intervención?

Voy a centrarme en el punto de vista histórico y arqueológico de la bahía de Sant Antoni y a explicar cómo se vivía en esa zona.

¿Qué tenía la bahía antiguamente?

Siempre ha tenido una posición estratégica fundamental para la navegación a vela. Primero porque era abrigo y segundo porque había agua dulce en el pozo es Pouet, algo que ya se menciona en los siglos XVII y XVIII.

El nombre de Portus Magnus ya indica que se trataba de un puerto de un cierto tamaño.

Sí, eso da idea de que el puerto podía albergar una pequeña flota. Y efectivamente, en noviembre de 1529 recaló la flota de Carlos I en la bahía de Sant Antoni.

¿Cuáles son las causas de que la bahía hoy sea más pequeña?

Hay dos torrentes, el de es Regueró y el de Buscastell, que desembocan en la bahía y todo lo que llevaban esos torrentes hicieron que la línea de costa fuera avanzando poco a poco, y con ello la bahía se hiciera más pequeña. Esto se estudia a través de perforaciones y de localización de yacimientos arqueológicos. Por ello, sería importante retomar las perforaciones de los años noventa para continuar con los estudios geoarqueológicos.

Entonces, ¿existe algún proyecto para retomar estas perforaciones?

Por mi parte, he hecho una propuesta al Consell para hacer un estudio sedimentológico del espejo de aguas y en tierra conjuntamente con el departamento de Geología de la Universidad Autónoma de Madrid.

¿Que desvelarían estos estudios y análisis?

Fundamentalmente servirían para conocer el avance de la línea de costa en las épocas romana, púnica, medieval islámica, medieval bizantina y cómo se ha ido formando el paisaje que hoy conocemos como la bahía de Portmany. También nos daría una idea más completa de cómo se vivía en los siglos pasados. Hasta ahora sólo tenemos pinceladas, pero nos falta hacer el cuadro general. Por ejemplo, se han encontrado en la necrópolis de can Frit agujas de redes y anzuelos como parte de un ajuar, por lo que tenemos indicios de que se trata de una población marinera pero no tenemos mucha más información.

¿Existe interés en las Pitiusas por la arqueología?

Creo que sí. Precisamente este tipo de ponencias son una llamada de atención sobre el potencial científico que hay detrás de los estudios.

¿Qué es lo que más le sorprende de Sant Antoni?

Que si un turista va con un interés sobre el patrimonio cultural se va a encontrar con un muro. No hay información, ni indicadores de lugares tan importantes como los restos arqueológicos de Cala Gació o de Port d’es Torrent. Ni siquiera hay una explicación sobre el valor histórico del fortín de la iglesia, una auténtica joya dentro del pueblo. Se debería hacer un esfuerzo conjunto de divulgación, de contextualizar el patrimonio, de darlo a conocer y de señalar los lugares más destacados. No se ve lo que no se conoce.

¿El turismo es compatible con le respeto al patrimonio?

El uso sostenible del turismo es totalmente compatible con los bienes culturales. Es más, puede ayudar a la divulgación de yacimientos o pecios, que se podrían promocionar dentro de un programa de buceo sostenible. Se podrían buscar sinergias entre el turismo y la divulgación.

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